¡Todo por el dinero! (Editorial)

 

Hace pocos días, en este mismo espacio, realicé un análisis sobre la actuación de los árbitros de fútbol y, en forma repetida, decía que como seres humanos que son, pueden cometer errores y, que debido a ello, muchos dirigentes, jugadores, cuerpos técnicos y aficionados, les van a echar la culpa de los resultados de los partidos, en los cuales, intervienen sus equipos.

 

Se jugó en Bogotá, el partido de la Copa Sudamericana, entre Millonarios de Colombia y Gremio de Brasil. Al final, por 3 goles a 1, triunfaron los colombianos. Pero, el partido terminó con problemas, cuando los jugadores del elenco brasileño, agredieron a los árbitros ecuatorianos, señores Carlos Vera, Luis Alvarado y Carlos Herrera. La razón, que consideraron que el penal cobrado faltando pocos minutos, “no existió”.

 

¿Acaso esa es una razón valedera para agredir a seres humanos que, simplemente, cumplían con su trabajo? Yo creo que no pero, recuerden que lo más lamentable en el convivir diario de los seres humanos, es no darse cuenta que existe la “estupidez humana”. Solamente de esa forma, podremos entender algo tan ilógico y demencial.

 

¿Por qué ocurre esto en el mundo del balompié rentado? La respuesta es muy fácil. Porque el equipo que sale de la contienda, deja de percibir, sumas muy importantes de dinero.  ¡Dios, lo que el humano hace por el dinero…?

 

El gremio de árbitros de fútbol ecuatoriano, ha respaldado a la terna compatriota en estos difíciles momentos. Yo, a través de este portal deportivo, me uno al respaldo que, es lo mínimo que podemos hacer. Sin embargo, estaré pendiente para ver qué sanción le aplican a estos delincuentes vestidos de futbolistas y, espero que sea una sanción ejemplar.

 

Igualmente, estaré pendiente, para ver si la Federación Ecuatoriana de Fútbol, también los respalda y, solicita de inmediato una sanción, a la Confederación Sudamericana de Fútbol. Si eso no ocurre, será una mancha más de este organismo, para dividir al fútbol de nuestro país.

 

Señores árbitros, hay que dejar que las leyes deportivas sancionen a los culpables, porque no pueden hacer otra cosa. Recuerden que fueron ustedes mismo, quienes escogieron esta maravillosa pero difícil profesión.

 

Jorge García Romo