Vuelve la Ilusión... Vuelve el compromiso. (Editorial de Roberto Omar Machado).
La era de Sixto Vizuete al frente de la Selección nacional de fútbol, arrancó con pié derecho. Una victoria clara y contundente sobre su similar de Haiti por 3 a 1 permite abonar a la confianza y la credibilidad, en que la designación del estratega ecuatoriano, responde a una medida acertada por la dirigencia nacional.
Es cierto que el arrancar un nuevo proceso con un resultado positivo, como fue la victoria ante la representación caribeña ayuda y en mucho para continuar abrigando el sueño de una nueva clasificación a la fase final de una Copa del Mundo, el objetivo anhelado Sudáfrica 2.010, clasificación que por cierto no es tarea fácil, pero tampoco es imposible, el fútbol ecuatoriano ha progresado en todos los aspectos y esto hace que el país se vuelva a ilusionar y a creer que una vez ¡Si se puede..! y esta oportunidad con la conducción de un técnico nacional.
Más allá del análisis que corresponde al cotejo del pasado miércoles 26 de Marzo en Latacunga, es necesario puntualizar algunos aspectos que me parecen de mayor importancia que el simple resultado, sobre todo luego de la tempestad desatada por las desatinadas declaraciones y la absurda renuncia a defender a la "tricolor" de Edíson Méndez, situación que genero una polémica y que sembró dudas en cuanto al futuro de la unidad y fortaleza del grupo.
La decisión de disputar el compromiso amistoso en la ciudad de Latacunga, en la Provincia del Cotopaxi, Provincia en la cual nació Vizuete, concretamente en la población de Huaytacama, provoco una fiesta inolvidable. La presencia de la selección llenó de alegría a una afición que no había tenido la oportunidad de mirar en vivo y en directo al "equipo de todos" y más ahora con la presencia del hijo prodigo, sin duda un acierto de la Federación ecuatoriana ya que este mismo encuentro en Guayaquil o Quito no habría despertado la expectativa del aficionado.
Además esto contribuyo para reverdecer y actualizar el compromiso de los jugadores con el país. Una vez más, como en aquellos tiempos de gloria, los integrantes de la tricolor sintieron de cerca el cariño, y la admiración de la gente que en cada paso los alentó con el aplauso y el afecto de un país agradecido con sus ídolos deportivos, lo que estoy seguro debe haber calado hondo en quienes visten la casaquilla nacional para que mantengan latente el privilegio que significa, representar al país en una justa deportiva y hacerlo con la hidalguía y dignidad que demanda defender la ilusión y el sueño de una afición que ha depositado su confianza en este selecto grupo de jugadores, que desde hace años atrás cambiaron la historia del fútbol ecuatoriano y coadyuvaron positivamente a levantar la autoestima de la mayoría de los ecuatorianos.
Considero que es mucho más importante, más que el triunfo mismo, la actitud de quienes fueron convocados para este amistoso, tanto de los que actúan en nuestro territorio, como de aquellos que llegaron desde diferentes lugares del mundo para sumarse a la convocatoria.
El apoyo irrestricto y sin cuestionamientos al técnico ecuatoriano, el respaldo a este nuevo proceso, el respeto por quién ha asumido esta responsabilidad, seguramente sin mayor experiencia en el manejo de equipos de primera división, pero que a cambio aporta cariño, honradez, entrega, superación y capacidad, todo esto dentro de una humildad que es propia de los grandes hombres, me hacen pensar que el arranque de este nuevo proceso deja un saldo muy positivo. Seguramente en el camino, abran victorias y derrotas, después de todo este es un juego, y las reglas están claramente establecidas, pero más allá de la eventualidad del resultado, se ha puesto en evidencia nuevamente el compromiso con el país, la mística y el orgullo de defender y lucir la casaquilla nacional, lo que nos invita a soñar e ilusionarnos nuevamente. De aquí en adelante más allá de un resultado, de un triunfo o una derrota, el amor, la entrega y el orgullo será parte del compromiso ineludible de quienes vistan la gloriosa camiseta nacional Espero de todo corazón no equivocarme. Éxito muchachos el país futbolero confía en ustedes.
Es cierto que el arrancar un nuevo proceso con un resultado positivo, como fue la victoria ante la representación caribeña ayuda y en mucho para continuar abrigando el sueño de una nueva clasificación a la fase final de una Copa del Mundo, el objetivo anhelado Sudáfrica 2.010, clasificación que por cierto no es tarea fácil, pero tampoco es imposible, el fútbol ecuatoriano ha progresado en todos los aspectos y esto hace que el país se vuelva a ilusionar y a creer que una vez ¡Si se puede..! y esta oportunidad con la conducción de un técnico nacional.
Más allá del análisis que corresponde al cotejo del pasado miércoles 26 de Marzo en Latacunga, es necesario puntualizar algunos aspectos que me parecen de mayor importancia que el simple resultado, sobre todo luego de la tempestad desatada por las desatinadas declaraciones y la absurda renuncia a defender a la "tricolor" de Edíson Méndez, situación que genero una polémica y que sembró dudas en cuanto al futuro de la unidad y fortaleza del grupo.
La decisión de disputar el compromiso amistoso en la ciudad de Latacunga, en la Provincia del Cotopaxi, Provincia en la cual nació Vizuete, concretamente en la población de Huaytacama, provoco una fiesta inolvidable. La presencia de la selección llenó de alegría a una afición que no había tenido la oportunidad de mirar en vivo y en directo al "equipo de todos" y más ahora con la presencia del hijo prodigo, sin duda un acierto de la Federación ecuatoriana ya que este mismo encuentro en Guayaquil o Quito no habría despertado la expectativa del aficionado.
Además esto contribuyo para reverdecer y actualizar el compromiso de los jugadores con el país. Una vez más, como en aquellos tiempos de gloria, los integrantes de la tricolor sintieron de cerca el cariño, y la admiración de la gente que en cada paso los alentó con el aplauso y el afecto de un país agradecido con sus ídolos deportivos, lo que estoy seguro debe haber calado hondo en quienes visten la casaquilla nacional para que mantengan latente el privilegio que significa, representar al país en una justa deportiva y hacerlo con la hidalguía y dignidad que demanda defender la ilusión y el sueño de una afición que ha depositado su confianza en este selecto grupo de jugadores, que desde hace años atrás cambiaron la historia del fútbol ecuatoriano y coadyuvaron positivamente a levantar la autoestima de la mayoría de los ecuatorianos.
Considero que es mucho más importante, más que el triunfo mismo, la actitud de quienes fueron convocados para este amistoso, tanto de los que actúan en nuestro territorio, como de aquellos que llegaron desde diferentes lugares del mundo para sumarse a la convocatoria.
El apoyo irrestricto y sin cuestionamientos al técnico ecuatoriano, el respaldo a este nuevo proceso, el respeto por quién ha asumido esta responsabilidad, seguramente sin mayor experiencia en el manejo de equipos de primera división, pero que a cambio aporta cariño, honradez, entrega, superación y capacidad, todo esto dentro de una humildad que es propia de los grandes hombres, me hacen pensar que el arranque de este nuevo proceso deja un saldo muy positivo. Seguramente en el camino, abran victorias y derrotas, después de todo este es un juego, y las reglas están claramente establecidas, pero más allá de la eventualidad del resultado, se ha puesto en evidencia nuevamente el compromiso con el país, la mística y el orgullo de defender y lucir la casaquilla nacional, lo que nos invita a soñar e ilusionarnos nuevamente. De aquí en adelante más allá de un resultado, de un triunfo o una derrota, el amor, la entrega y el orgullo será parte del compromiso ineludible de quienes vistan la gloriosa camiseta nacional Espero de todo corazón no equivocarme. Éxito muchachos el país futbolero confía en ustedes.