El 7 de noviembre del 2001 quedará por siempre grabado como el día más glorioso de la historia del fútbol ecuatoriano. El gol de Jaime Iván Kaviedes que desató el furor en todo el país, acabó con una serie de frustraciones y le permitió festejar a Ecuador su primera clasificación a un Mundial.
Un 7 de noviembre como hoy, hace 11 años, en Ecuador se gritó un gol como nunca antes. Con todo el país paralizado, la Tricolor recibía a Uruguay en la penúltima jornada de las eliminatorias rumbo al Mundial de Corea y Japón 2002. Tan solo bastaba sumar un punto para asegurar el boleto a Asia.
El encuentro ante los charrúas fue dramático. La visita se puso en ventaja con un gol de penal cerca del final del primer tiempo, pero el sueño estaba intacto por lo que Ecuador había mostrado a lo largo del proceso, donde convirtió al Atahualpa en un verdadero fortín.
Luego de generar varias ocasiones, llegó el desahogo. Al minuto 72, en una jugada en la que se juntaron, quizás, los tres jugadores más influyentes de los últimos 20 años en el fútbol ecuatoriano, se marcó el ansiado empate. Agustín Delgado se llevó toda la marca charrúa fuera del área, para cederle un pase rasante a Alex Aguinaga, el referente, quien levantó un centro glorioso para que Iván Kaviedes impacte con su frente el balón y la mande a guardar.
El grito retumbó los cimientos del Coloso del Batán, testigo de innumerables derrotas dolorosas, pero que ese día olvidó todo y lució orgulloso su traje tricolor.
Hernán Darío Gómez, uno de los gestores de la hazaña, recibió el abrazo del Nine en una imagen inolvidable para nuestro fútbol, que hoy se la recuerda y que sigue emocionando a la afición ecuatoriana.