¿El árbitro el culpable?
"Cada partido será controlado por un árbitro, quien tendrá la autoridad total para hacer cumplir las Reglas de Juego, en el partido para el que ha sido nombrado", eso dice la regla No 5, al referirse a quien es, el día de hoy, punto principal de todas las críticas de aficionados, algunos periodistas, algunos jugadores, algunos directores técnicos y, la justificación por la derrota de sus equipos, de algunos directivos. Junto a lo anotado, se detallan los poderes y deberes que, la misma regla, otorgan al juez máximo de un partido de fútbol.
¿Por qué, he comenzado dando a conocer lo que dice la regla quinta que se refiere al árbitro de fútbol? Sencillamente, porque a la faz de la opinión deportiva del país, el árbitro aparece como el único culpable de lo que ocurre en los campos de este hermoso deporte de multitudes. Sí, al término de cada cotejo, más de una voz se levanta en este sentido. Es verdad que, algunos árbitros, debido a su poca seguridad o, a su poco recorrido, no logran convencer a todos, lo que en realidad han sancionado, haciendo que, desde afuera, se vea de diferente manera a la del juez que, en segundo tiene que aplicar las 17 reglas. Cuando el árbitro tiene que en segundos, tomar una decisión, siempre de buena fe.
Es muy aventurado poder dar un fallo desde los tendidos. Muchas veces una supuesta infracción que está en contra de tal o cual equipo, parece que fuera perjudicial o positiva para un plantel de jugadores. Pero, a través de la televisión, la vemos una y otra vez, incluso en cámara lenta, y no terminamos de convencernos. Varios son los criterios de otras tantas personas que, miran una misma jugada. Si eso ocurre en una casa a través de un televisor, que podemos esperar de la gente que en las graderías miran al árbitro tomar la decisión en un tiempo reducido.
No podemos ser tan simples, de acusar a los árbitros de una situación como la anotada. Pero, lo que si debemos tener en claro, es que los árbitros son seres humanos que puede equivocarse. Y, más aún, en los segundos que tienen para tomar una decisión. Y, por ello, debemos confiar en que si yerran, es de buena fe. Pero, de allí a hacer acusaciones que se salen de contexto por criterios de alguien que cree tener la "verdad única", creo que existe un abismo y, estamos totalmente equivocados. Ya que, nadie sabe lo suficiente, para decir "lo que yo digo es la realidad".
Pongamos un ejemplo: el señor Lara que pitó el partido entre Liga Deportiva Universitaria de Quito y el Barcelona de Guayaquil. Como no se lo conocía mucho, en varios programas de radio y de televisión del puerto principal y, además, de algunos programas de la ciudad Capital, prácticamente lo nombraron de "incompetente, novato y, con peligro de que pite en contra del equipo amarillo". Pobre señor Lara. ¿Cómo le habrán ardido las orejas?, según un viejo adagio. Pero, el rato de los ratos, el señor Lara demostró su verdadera categoría. Con gran personalidad, no se dejó amedrentar por nadie y, cumplió como los buenos. Felicitaciones señor Lara. Continúe así, que es la única forma de tapar la boca a tanto amargado y mediocre que, lamentablemente, existe en un elevado número en el país.
Jorge García Romo
Lic. Prof. 17 - 523
¿Por qué, he comenzado dando a conocer lo que dice la regla quinta que se refiere al árbitro de fútbol? Sencillamente, porque a la faz de la opinión deportiva del país, el árbitro aparece como el único culpable de lo que ocurre en los campos de este hermoso deporte de multitudes. Sí, al término de cada cotejo, más de una voz se levanta en este sentido. Es verdad que, algunos árbitros, debido a su poca seguridad o, a su poco recorrido, no logran convencer a todos, lo que en realidad han sancionado, haciendo que, desde afuera, se vea de diferente manera a la del juez que, en segundo tiene que aplicar las 17 reglas. Cuando el árbitro tiene que en segundos, tomar una decisión, siempre de buena fe.
Es muy aventurado poder dar un fallo desde los tendidos. Muchas veces una supuesta infracción que está en contra de tal o cual equipo, parece que fuera perjudicial o positiva para un plantel de jugadores. Pero, a través de la televisión, la vemos una y otra vez, incluso en cámara lenta, y no terminamos de convencernos. Varios son los criterios de otras tantas personas que, miran una misma jugada. Si eso ocurre en una casa a través de un televisor, que podemos esperar de la gente que en las graderías miran al árbitro tomar la decisión en un tiempo reducido.
No podemos ser tan simples, de acusar a los árbitros de una situación como la anotada. Pero, lo que si debemos tener en claro, es que los árbitros son seres humanos que puede equivocarse. Y, más aún, en los segundos que tienen para tomar una decisión. Y, por ello, debemos confiar en que si yerran, es de buena fe. Pero, de allí a hacer acusaciones que se salen de contexto por criterios de alguien que cree tener la "verdad única", creo que existe un abismo y, estamos totalmente equivocados. Ya que, nadie sabe lo suficiente, para decir "lo que yo digo es la realidad".
Pongamos un ejemplo: el señor Lara que pitó el partido entre Liga Deportiva Universitaria de Quito y el Barcelona de Guayaquil. Como no se lo conocía mucho, en varios programas de radio y de televisión del puerto principal y, además, de algunos programas de la ciudad Capital, prácticamente lo nombraron de "incompetente, novato y, con peligro de que pite en contra del equipo amarillo". Pobre señor Lara. ¿Cómo le habrán ardido las orejas?, según un viejo adagio. Pero, el rato de los ratos, el señor Lara demostró su verdadera categoría. Con gran personalidad, no se dejó amedrentar por nadie y, cumplió como los buenos. Felicitaciones señor Lara. Continúe así, que es la única forma de tapar la boca a tanto amargado y mediocre que, lamentablemente, existe en un elevado número en el país.
Jorge García Romo
Lic. Prof. 17 - 523