Uno de los mejores jugadores del mundo sin duda es Lionel Messi que en la temporada 2008 – 2009 fue donde explotó y se convirtió en un monstruo este día miércoles enfrentará a su creador, Pep Guardiola que no se de repetir que Messi es el mejor y que quizá no vea otro como él. Colaboró en su explosión, le disfrutó como pocos y ahora le toca ingeniárselas para detenerle. Un duelo precioso.
Los números son los que hablan ya que antes de ser dirigido por el actual estratega del Bayern, Messi marcó 42 goles en 110 partidos con el Barcelona. Desde que le entrenó Pep, ha hecho 362 dianas en 365 encuentros (211 goles en 219 partidos con Guardiola, 151 goles en 146 partidos después). Desde esa temporada 2008-2009, Messi ha ganado cuatro Balones de Oro, tres Botas de Oro y tres Pichichis, al margen de otros muchos trofeos individuales y, por supuesto, colectivos.
Hasta la llegada de Guardiola, y también durante buena parte de la primera campaña con Pep, Messi fue extremo derecho. Un gran extremo, sí, con detalles únicos, sí, pero no canalizaba todo el juego. Y en esas que el 2 de mayo de 2009 el Barcelona visitó el Bernabéu y Guardiola puso por primera vez a Messi como 'falso 9'. En un equipo en el que jugaban Xavi, Iniesta, Eto'o ó Henry, el juego giraba alrededor de un chaval de 21 años y en el escenario más imponente posible. Messi recogió el guante y firmó una actuación memorable. El resultado es de sobra conocido: el 2-6 que quedará para siempre en letras de oro en la historia del Barcelona.
En ese partido nació el Messi que iba a dominar todo el frente de ataque, goleador omnipotente, asistente, mucho más fácil de detectar y prácticamente indefendible. Quedaba atrás un gran extremo y aparecía el jugador que ha marcado más de un lustro y quién sabe si una década.
Fuente: MARCA