El Mundial de Clubes está ya por terminar y San Lorenzo de Almagro y Real Madrid se enfrentarán con el único objetivo de proclamarse como el mejor equipo del mundo.
Desde ya se empezó a jugar el paritido sin que el árbitro de el silvatazo inicial y es que fue precisamente esto lo que inició con la polémica, Matías Lammens, presidente de San Lorenzo, fue el que expresó su descontento por la designación del portugues Pedro Proença para la final, ya que el colegiado está adscrito a la UEFA, confederación a la que el Madrid pertenece.
"Nos parecería más lógico que no fuera portugués sino de otro continente, ni europeo ni sudamericano tampoco. Vamos a trabajar en ello, pero es una decisión en la que podemos intentar influir aunque es algo que decide la FIFA. Creo que Sudamérica tiene una representación importante en FIFA también, nadie puede ocultar el poder del Real Madrid en capacidad de lobby y en jugar este tipo de partidos, quizá por ahí sean superiores, pero todos los reclamos tienen que ser escuchados y sería un error muy grave solo escuchar al Madrid”, hizo su reclamo Lammens. Y con justa razón debido a que el reglamente del torneo establece que el árbitro que imparte justicia en la final no puede pertenecer a ninguna de las confederaciones de los finalistas.
Al parecer la FIFA no hizo oídos sordos al reclamo y a las reglas que establece el reglamente interno y decidió que fuera el guatemalteco Walter López el encargado de pitar la final del Mundial de Clubes. Al final San Lorenzo consiguió hacerse con las suyas.
Por su parte el Real Madrid mostró una postura concentrada netamente en la parte futbolística y no se pronunció sobre esta decisión de la institución representante del fútbol internacional.