Marcos Rojo nunca pensó que después de una noche de pasión lo llevaría hasta la corte judicial.
Rojo que milita en el Manchester United del ecuatoriano Antonio Valencia, fue condenado a pagar 35.000 libras por los gastos judiciales de Sarah Watson, pues el juez negó la demanda de chantaje en contra de la acusada, explicando que todo este caso fue armado para evitar que su nombre saliera luz.
La historia entre Rojo y Watson, empezó el 15 de diciembre en una fiesta de navidad en Manchester, donde el jugador, después de varios coqueteos, consiguió el número de la instructora de gimnasio de 24 años. Luego de haber conseguido el número, el jugador argentino, invitó a Watson a una fiesta de su amigo Kristian Bereit, donde según indican los documentos de la corte “tuvieron relaciones sexuales”.
Desde su encuentro en la fiesta no tuvieron ningún otro, hasta que Rojo decidió enviar mensajes sexuales y un video con imágenes explícitas de él.
Tras haber sucedido todo estos, Watson decidió vender la historia del encuentro sexual al diario “The Sun” por alrededor de 17,500 libras, acto seguido los representantes legales del jugador se contactaron con ella vía WhatsApp para arreglar el tema sin la necesidad de llegar a la justicia.
Para el magistrado Warby, quien fue el que presidió el caso, las acusaciones del grupo defensor de Rojo son débiles por falta de pruebas contundentes, una de ellas hubiera sido el mensaje por WhatsApp.
En su fallo el juez indicó que lo ocurrido claramente evidencia que todo esto fue iniciado por parte del jugador para comprar el silencio de la demandada.
Por su parte Watson, quien niega el chantaje y pide 100.000 libras por la especulaciones, explicó que todo esta historia ha sido una pesadilla para ella, pues Rojo y todo el grupo que lo defienden, parece niños ricos que se creen superiores y pueden pasar por encima de todos con su dinero.
Este caso es el último de los cientos de casos que han llegado a los tribunales de justicia de Inglaterra, donde futbolistas de la Premier League y otras celebridades han intentado que sus historias embarazosas salgan a la luz.
Fuente: The Independent