Bravo: "Una señora nos vio y nos pidió ayuda... levantamos unos escombros y salió un niño" (Audio)

El árbitro ecuatoriano Juan Pablo Bravo atendió una entrevista a colegas de Área 88. El colegiado contó la situación de angustia que vivió en el estadio Reales Tamarindos de Portoviejo, luego del fuerte sismo que azotó el país el pasado fin de semana.

 

Bravo contó dónde se encontraba el momento exacto que se produjo el fuerte sismo, "sí, estábamos calentando con los equipos dentro del terreno de juego, lo único que vi es que se levantó la tierra como una ola que nos tumbó a varias personas, levanté a ver y vi que se movía la tribuna y la gente empezó a correr, se fue la luz y comenzó el griterío, todo el mundo corría y buscaba acceder a la cancha para ponerse a buen recaudo".

 

[entrevista=406714,ancho=275,flotar=izq]El árbitro contó cual fue su reacción al salir del estadio y ver la ciudad destrozada. "escuchamos un gran estruendo y vimos que se había caido un edificio que estaba atrás del estadio, nos comunicaron que teníamos que salir, nosotros salimos vestidos como para arbitrar, no pensamos en la magnitud del siniestro que estaba dándose afuera. Cuando salimos, realmente vimos una situación desgarradora, los edificios en el piso, la gente que gritaba pidiendo auxilio en tinieblas, habían cuerpos entre los escombros".

 

En cuanto al accionar que tomaron tras llegar al hotel, "nosotros empezamos a correr para llegar al hotel, pero corríamos desorientados, luego una señora nos vio y nos pidió ayuda, que el hijo estaba enterrado, levantamos unos escombros y salió un niño de unos siete añitos. Después alguien nos supo guiar al hotel, llegamos y vimos que el hotel estaba cuarteado. Queríamos salir pronto porque los militares pasaban la voz que se venía otro sismo y que se había producido un tsunami en Manta".

 

Además el colegiado contó cómo hizo para salir de la ciudad, "estábamos en el carro con un compañero, la salida fue un caos porque todo el mundo quería salir de Portoviejo, la policía quiso poner orden pero nadie hacía caso. Queríamos llegar a Jipijapa, cuando logramos llegar estuve más tranquilo pero el trayecto no recuerdo bien, teníamos miedo que la vía se abriera. Ya llegando a Guayaquil vi la magnitud de lo que había pasado en las noticias. Si el partido llegaba a jugarse el estadio hubiese tenido 15.000 personas y seguro hubiese habido mucha gente fallecida".

 

En cuanto a los compañeros del gremio y de su afectación tras el siniestro, "gracias a Dios las casas no resultaron muy afectadas, conocemos que ellos y sus familias están bien, nosotros como gremio arbitral estamos reuniendo víveres para llevar donaciones hacia las ciudades afectadas".

 

Para finalizar Bravo expresó su deseo de que el campeonato no se reanude este fin de semana, "hay que ver el lado humano, todos en diferente rango estamos afectados psicológicamente, casi todos tenemos amigos o conocidos que viven en Manta o Portoviejo, por eso pienso que esta semana no se debe jugar el campeonato. Además se debe realizar un estudio de los escenarios para que presten todas las seguridades".