Así titula el reconocido New York Times una nota dedicada al Barcelona Sporting Club de Guayaquil, cuya traducción íntegra compartimos a continuación. Fue escrita por el periodista Noah Schumer.
En su oficina esquinera, escasamente decorada, con mirada al campo del Estadio Monumental, Juan Alfredo Cuentas buscó explicar el poder de la marca que ha heredado como el nuevo vicepresidente financiero de Barcelona Sporting Club. Afuera se observa el césped, libre por estar fuera de temporada, echándose a perder lentamente en el calor de enero.
"Está a la par de Coca Cola, Samsung o Pepsi", dice de su equipo. "Es la marca más fuerte y de la que más se habla en el país, y genera titulares todos los días".
Para la mayoría de aficionados al fútbol alrededor del globo, el nombre Barcelona es sinónimo con otros como Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez; enormes recursos financieros; y triunfos en Champions League que a menudo han hecho de España la reina del deporte. Pero en Ecuador, el nombre Barcelona se asocia usualmente con el club de 90 años fundado aquí en Guayaquil, la ciudad más grande del país.
Los dos equipos son muy diferentes, por supuesto, pero al menos de alguna forma son similares.
Por un lado, Barcelona Sporting Club, que fue fundado por Catalanes, tiene un logo modelado en base al de su contraparte española. Y al menos dentro de Ecuador, cómo le va al inmensamente popular Barcelona Sporting Club en la cancha, resuena alrededor del país en la misma manera que los logros y fracasos ocasionales de Messi y compañía tocan a toda España.
"Para todos los que dicen que en España existe el gran Barcelona, el Barcelona original, aquí en Ecuador, el nombre Barcelona es algo muy sagrado dentro de nuestro propio fútbol", dijo Carlos Víctor Morales, un popular comentarista de fútbol en Guayaquil.
"La gente ama, odia, sufre, llora y celebra según los resultados de Barcelona", añadió.
Ronald Ladines, quien cubre la versión ecuatoriana de Barcelona para El Comercio, uno de los periódicos más grandes del país, fue sucinto en su apreciación del significado del equipo, diciendo, "Barcelona es el fútbol en Ecuador".
Añadió, por si acaso, y quizá con un poco de exageración, "una final sin Barcelona no es una final".
Según la mayoría de versiones, Barcelona Sporting Club consiguió prominencia en 1949, cuando el paisaje futbolístico en el país lo dominaban los clubes provinciales aficionados. En agosto de ese año, Barcelona Sporting Club se enfrentó al Millonarios de Colombia, entonces considerado uno de los mejores clubes profesionales del mundo, en un partido benéfico para ayudar a las víctimas de un terremoto en la ciudad andina de Ambato.
Barcelona, que entonces solo tenía jugadores ecuatorianos, sorprendió a Millonarios, 3-2, ganando atención nacional.
"Era una época en que el fútbol ecuatoriano estaba acostumbrado a derrotas aplastantes", dijo Ricardo Castellano, un historiador de fútbol que está afiliado al museo de Barcelona Sporting Club. La victoria sobre Millonarios, dijo, marcó el inicio de algo nuevo.
La principal Liga Ecuatoriana (luego conocida como Serie A) tomó forma a finales de los 50. Barcelona Sporting Club empezó a reclutar regularmente jugadores extranjeros a inicios de los 60, se solidificó como una fuerza en la Liga y, a la fecha, ha ganado más que ningún otro, 14 campeonatos, aunque solo uno en los últimos 18 años.
Otros partidos internacionales también contribuyeron al aumento de popularidad de Barcelona en Ecuador, incluyendo un juego en 1962 contra Pelé y su club brasileño Santos, y múltiples apariciones en la Copa Libertadores, el campeonato de clubes de latinoamérica.
A través de los años, los dos Barcelonas ocasionalmente han cruzado su camino dentro y fuera de la cancha. A finales del 2012, el Barcelona de España trató de registrar su marca en Ecuador para mercadeo y otros propósitos, poniendo en duda los derechos de Barcelona Sporting Club a su propio nombre y logo. Pero se llegó a un acuerdo entre los equipos en 2014 que permitió a las marcas coexistir en Ecuador. Los clubes también se han enfrentado en tres ocasiones, aunque no lo hacen desde 1988. Cada equipo tiene un triunfo y un empate.
Pero mientras FC Barcelona ha emergido como uno de los clubes más exitosos del mundo en la pasada década, Barcelona Sporting Club -que no tiene fines de lucro- se ha encontrado en apuros por una letanía de problemas financieros y pobres actuaciones en la cancha que serían inimaginables para su contraparte española.
El corazón de los problemas del equipo ecuatoriano es una deuda significativa acumulada por distintas directivas desde inicios de los 2000. Los problemas financieros de Barcelona se convirtieron en crisis en la temporada 2015 (en Ecuador, una temporada se juega en un año calendario, actualmente de febrero a diciembre) cuando la directiva, entonces liderada por Antonio Noboa, miembro de una de las más prominentes familias de negocios en Ecuador, no pudo pagar varios meses de salario a sus jugadores. Eso dio pie a la Federación Ecuatoriana de Fútbol para reducirle puntos.
El ánimo en los jugadores no era bueno, y Barcelona terminó en un distante cuarto lugar en la Serie A. Para empeorar las cosas, el mayor rival del equipo, Emelec, ganó su tercer campeonato consecutivo y décimo tercero en total, quedando a uno de Barcelona.
"La difícil situación económica se reflejó en la rendimiento del equipo en la cancha en la última temporada", dijo Guillermo Almada, técnico del Barcelona, en una entrevista en Río Verde, en la costa norte de Ecuador, donde el equipo realiza su pretemporada, "no tengo duda".
En octubre, los casi 4000 socios del club -pagan una cuota mensual para mantener ese estatus- votaron por un cambio de liderazgo, eligiendo a José Francisco Cevallos como presidente. Es un exjugador de renombre apodado "Las manos del Ecuador" por su éxito como arquero durante los 90 y por su participación en la Copa del Mundo y la Copa Libertadores, Cevallos antes sirvió como el Ministro del Deporte del país.
El primer gran paso de Cevallos fue pagar los salarios pendientes a jugadores y personal por los meses de julio, agosto y septiembre, recobrando una pizca de confianza en el liderazgo del equipo.
"Él entiende el mundo del fútbol desde la perspectiva del jugador", dijo Iván Hurtado, quien dirige la agremiación de jugadores del país y es un excompañero de Cevallos en la selección nacional. "Tenemos fe que él puede restaurar a Barcelona como un modelo para otros".
Poner al equipo en camino a la estabilidad financiera es probablemente un proyecto a largo plazo.
En una entrevista con los medios ecuatorianos en diciembre, Cevallos advirtió que las finanzas del equipo se mantienen "en terapia intensiva".
Cuentas, el nuevo vicepresidente financiero, dijo que la deuda actualmente está entre USD 15 y USD 20 millones, equivalentes a 1.5 veces el ingreso anual del club. Honrar deudas se espera que represente el 20% del presupuesto 2016, añadió. Adicionalmente, los bajos precios del petróleo amenazan a la economía de Ecuador, lo que podría, a su vez, reducir las asistencias y disminuir los ingresos del equipo.
Con todo esto en mente, Barcelona ha contratado a dos firmas externas para empezar a revisar los documentos financieros y proponer un plan de pagos multianual. El club también planea expandir enormemente su base de socios, con la esperanza de añadir 10000 socios por año durante los siguientes cuatro años para generar ingresos adicionales.
La nueva directiva demostró su compromiso con la austeridad fuera de temporada, omitiendo contrataciones ostentosas en favor de modestos remiendos de la plantilla. Y en un intento, tal vez, de compensar la falta de una contratación de alto perfil internacional, Barcelona está tratando de añadir algo llamativo a su presentación previa a la temporada. El club ha acordado con el astro brasileño, venido a menos, Ronaldinho, quien una vez fue un amado jugador en el FC Barcelona en España, para que juegue en Barcelona Sporting Club en un juego de exhibición.
Para la dirigencia, tener a Ronaldinho con la camiseta de Barcelona SC, aunque solo por un juego, es un golpe de publicidad y una oportunidad de demostrar éxito en un área en la que fracasaron administraciones anteriores. En 1997, por ejemplo, un esfuerzo por atraer a otro astro global cerca del fin de su carrera -Diego Maradona- nunca dio resultado.
Ronaldinho sería el segundo jugador que juego para ambos Barcelonas. El primero fue Carlos Medrano, un argentino que jugó por Barcelona Sporting Club a inicios de los 70 tras un período previo con el club español.
En Río Verde, los problemas del equipo poco influyeron para desanimar a cientos de hinchas a asistir a una práctica reciente. Manuel Espinosa, de 47 años, se sentó en las gradas de concreto cubiertas de polvo y moscos mientras veía a su equipo preferido tomar el ritmo de su tercera práctica del día. Vestido con la camiseta amarilla del equipo, Espinosa expresó optimismo en que Cevallos ayude a regresar a Barcelona a su gloria pasada, y profesó su lealtad a través de las horas bajas.
"Para mí, Barcelona es mi ídolo, mi pasión", dijo, "está en mi sangre".
De regreso en las oficinas centrales, Cuentas dijo que la nueva dirigencia tiene altas expectativas propias.
"Nuestra meta es restaurar el nombre de Barcelona, nacional e internacionalmente, al estatus que siempre tuvo", dijo, con los brazos en su escritorio, "como el mejor equipo del Ecuador".
Por: Noah Shumer
Fuente: New York Times
Traducción de Tera Deportes