El portero madridista presenta un palmarés que da confianza a su equipo. Desde que tenía 19 años no pierde una final.
Desde que Iker Casillas perdiera en el año 2000 con tan solo 19 años las finales de Supercopa Europea y la Intercontinental, no ha perdido ninguna más. Es decir: lleva la friolera de 14 años sin haber perdido una final. Ahora todo parece indicar que será el portero titular en la presente final de la Supercopa Europea que disputa con su equipo, el Real Madrid. Su palmarés victorioso puede dar confianza al equipo.
Iker ha jugado un total de nueve finales, habiendo ganado siete (todas menos las anteriormente mencionadas). Sólo falló ante el Galatasaray en el título europeo y ante el Boca de Palermo en la Copa Intercontinental. Ambas disputadas en un arco de pocos meses con un púber Iker bajo los palos.
Su equipo perdió posteriormente una final (esa Copa del Rey del llamado Centenariazo), pero no lo hizo con él bajo los palos, sino que por aquella época defendía la portería blanca César. A César, precisamente, vino a sustituir en la final de la Novena disputada en Glasgow, por lesión del cacereño. Sería la segunda Copa de Europa levantada por Casillas, que ya había conquistado la de París ante el Valencia.
Sin embargo, su currículum casi impoluto lo manchan las finales a doble partido. El arquero sucumbió dos veces en la Supercopa de España frente a Sevilla en 2007 con un abultado 3-5 en el Santiago Bernabéu incluido y frente al Barcelona en 2011.
En todas las finales disputadas sus intervenciones tuvieron especial relevancia, destacando en lo positivo el mano a mano con el holandés Robben en la final de la Copa del Mundo de Sudáfrica y en lo negativo -aunque "arreglado" al final por su compañero Sergio Ramos- el gol de Godín que se tragó en la final de Lisboa que supuso la Décima para su equipo. Habrá que esperar a la final de la Supercopa de Europa de Cardiff para ver si continúa la racha del mostoleño.
Tomado de: www.goal.com