Vuelan papelillos al aire imaginando en la cabeza lo que supone un Holanda-Argentina. Papelillos como los de la final del 78, aquella en la que Kempes trituró a la Naranja Mecánica con las medias por los tobillos. Suenan violines cuando se recuerda a Bergkamp y la forma en la que paró una pelota del cielo de Marsella, en el 98, en los cuartos que mandaron a Argentina a casa y a Ayala al suelo para siempre. Se abre de par en par la historia para acoger otro duelo de enjundia, un duelo entre dos equipos medianos con dos estrellas gigantes.
Habrá más de 10.000 argentinos en Sao Paulo y todos ellos confían en que Messi saque lo mejor de sí para eliminar a Holanda. Será necesario. | REUTERS
Lo que Robben y Messi puedan hacer sobre el césped de Sao Paulo marcará el camino de holandeses y argentinos esta vez. Cualquiera que pensara que a sus 30 años la locomotora de Bedum podía hacer sombra a Messi en su madurez física y futbolística, en el Mundial de sus Mundiales, estaba ante un riesgo que ahora mismo le da la razón. Robben posee la chispa que de tanto en cuanto le hace codearse con los más grandes. No hay defensa que pueda con él. De Messi es justo decir lo mismo, con el añadido de que sobre su espalda pesa la responsabilidad de ganar el título que sobre la de Robben no.
Frenar al uno y al otro es lo que tiene preocupados a los respectivos técnicos. A Van Gaal la milagrosa recuperación de De Jong le alegra la cara, aunque no es seguro que sea titular. Sabella, por su parte, cruza los dedos para que Robben no encuentre libertad para encarar y se encomienda al mayor trabajo defensivo que pueda realizar por la derecha Enzo Pérez, sustituto del lesionado Di María. La sangre naranja de Robben contra el corazón albiceleste de Messi. Holanda y Argentina frente a frente. ¿Otro duelo para la historia?
De Jong y Agüero: recuperaciones milagrosas
La proximidad de la final del Mundial ha hecho que dos jugadores importantes para Van Gaal y Sabella hayan forzado con el deseo de poder ayudar a sus compañeros esta noche. El mediocentro De Jong, que parecía descartado para el resto del torneo después de lesionarse en octavos ante México, se ejército ayer con normalidad y podría ser la gran sorpresa en la alineación holandesa. Si está bien, desde luego, jugará. En el bando argentino la gran novedad es la de Agüero, aunque, como en el caso de De Jong, es poco probable que sea de la partida y se quedará en el banquillo para salir en la segunda mitad, si es necesario según esté el partido.
Tomado de: futbol.as.com