El grupo siempre sospechó que Carlos Tevez estaba detrás de una operación mediática para reinstalarse en la selección. ¿Acaso iba a seguir escogiendo los momentos en los que se le ocurriría pertenecer a la selección? Como ya lo había hecho en la Copa América de 2011, con cómplice respaldo político, y tanto había irritado a sus compañeros. La mesa chica del plantel se cansó de sus divismos y su amor camaleónico por la camiseta albiceleste. Y ese enojo que La Nacion anticipó el 5 de febrero pasado , lo eyectó de Brasil 2014 porque Alejandro Sabella protegió el humor interno.
Sería ridículo dudar de la jerarquía de Tevez, es un crack. Pero también es cierto que se había transformado en un especialista en ganarse lugares que no estaban reservados para él. Tras la frustrante eliminación por penales contra Uruguay, en Santa Fe, Tevez y la selección se distanciaron para no volverse a cruzar. Nació el ciclo de Sabella y la refundación llegó con resultados sin Carlitos. Nadie lo necesitó ni lo pidió. Los Cuatro Fantásticos se hicieron cargo y se volvieron el sello diferencial de la selección. Ya no hubo concesiones. Y creció Messi, que durante la ausencia de Apache se recibió de líder y capitán, dando ese salto de carácter que tanto le exigían. Un conductor más discreto, generoso y determinante. Todos se alinearon detrás de la Pulga.
Entre Messi y Tevez jamás existió un altercado puntual, pero no son amigos. Incluso sin el carisma de Carlitos, el rey del planeta futbolístico es Leo. Y sus compañeros lo reverencian, con admiración y gratitud. Es su capitán, y se lo ganó dentro y fuera de la cancha. Nunca se borró ni eligió cuando estar ni le pidió protección a ningún padrino. Como la mayoría de las encuestas lo respaldan, Carlos y su ego se convencieron de que se trata del jugador del pueblo. Pero como no acepta un papel complementario, internamente entendieron que era mejor Palacio o Lavezzi comprometidos que Tevez indómito y explosivo. Aunque sea antipopular. Aunque la ausencia de Tevez pueda convertirse en la maliciosa explicación de un fracaso. "No extraño a la selección. Mirándola desde afuera estoy más contento", se desentendía Tevez en junio de 2012, mientras el grupo braceaba por América del Sur para encarrilar la clasificación a Brasil 2014. Hasta que ellos también dejaron de necesitarlo.
Tomado de:
http://canchallena.lanacion.com.ar/1690448-el-mundial-mas-caro-de-todos…