Este día domingo se conmemora otro aniversario más de uno de los éxitos deportivos de mayor trascendencia en la historia de nuestro deporte, el título logrado por Andrés Gómez en Roland Garros es algo que no se ha podido igualar en el tenis ecuatoriano.
El zurdo de oro llegaba en el mejor momento de su carrera. El triunfo se dio en la temporada 1990, año en el cual Gómez había ganado dos torneos sobre cancha de arcilla en el continente europeo (Barcelona y Madrid).
Para el Grand Slam, el crédito ecuatoriano llegaba como cuarto cabeza de serie. Llegó a la final tras superar a seis rivales y únicamente perdiendo un set entre todos sus partidos. En semifinal derrotó a Thomas Muster, tenista austriaco que le había negado la posibilidad de jugar la final en el campeonato de Roma 2 semanas atrás.
Andrés recuerda que el día del partido final fue como cualquier otro, “lo tomé como preparación para cualquier partido. Desayuné, leí el periódico, llegué al club 4 horas antes del partido, preparé raquetas, calenté, me bañé, comí algo y esperé el momento del juego”.
Sobre el partido, Gómez recuerda la forma en la que había previsto jugar, “La estrategia del partido fue no involucrarme en rallies demasiados prolongados, tenía que tratar de terminar los puntos rápidos, tomar la iniciativa siempre de los puntos y para él era todo lo contrario”.
Al finalizar el partido el resultado fue 6-3, 2-6, 6-4, 6-4 y con lo cual el tenista guayaquileño obtenía el que hasta ese momento, era el triunfo más importante del deporte nacional.
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