El secretario general de la Conmebol entre 1986 y 2011 se presentó ante el juez Daniel Rafecas, quien le concedió el arresto domiciliario, luego de que el fiscal Gerardo Pollicita le negara el pedido de exención de prisión por "riesgo de fuga".
El escándalo de la FIFA sumó otro capítulo en su relación con el fútbol argentino. Luego de que el miércoles se entregara José Luis Meiszner, ahora fue Eduardo Deluca, secretario general de la CONMEBOL entre 1986 y 2011, quien se presentó ante el juez Daniel Rafecas y logró el arresto domiciliario, luego del pedido de captura con fines de extradición que partió desde Estados Unidos, donde la Justicia investiga casos de corrupción en el ente rector del fútbol mundial.
Deluca se presentó detenido en los tribunales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, y solicitó la exención de prisión pero el juez Rafecas, quien tramitará el pedido de extradición a los Estados Unidos, se la rechazó y le concedió el arresto domiciliario, al tener en cuenta que Deluca tiene 75 años y sufre problemas cardíacos y de diabetes.
Además, el magistrado allanó oficinas de Deluca en busca de documentación solicitada por Estados Unidos y por el fiscal federal de la causa, Gerardo Pollicita, quien ayer dictaminó en contra del pedido del abogado del acusado, Marcelo Caremi, de la exención de prisión para el presidente honorario de Defensores de Belgrano aduciendo problemas cardíacos y su avanzada edad.
Todo ocurrió luego de que el miércoles el fiscal Gerardo Pollicita pidiera que Deluca no obtenga la exención de prisión, porque "existe riesgo de entorpecimiento de la investigación y de fuga". Este jueves, el ex funcionario, mano derecha de Julio Humberto Grondona en sus tiempos en la AFA, se presentó ante el juez federal Daniel Rafecas y recibió el arresto domiciliario, por sus problemas de salud.
De esta forma, los dos acusados argentinos están bajo arresto y a la espera de la extradición. Es que el miércoles, Meiszner, quien tenía orden de captura de Interpol, negoció su entrega. La estrategia de la defensa fue presentar al ex presidente de Quilmes como "un señor mayor (tiene 69 años), con problemas coronarios y de depresión". Su abogado aseguró que el dirigente tiene "tres bypass y fue intervenido quirúrgicamente a corazón abierto". Por la tarde, fue sometido a estudios médicos y el juez Armella, finalmente, decidió otorgarle el beneficio de que continúe su detención en su departamento de Videla y Sarmiento, en pleno centro de Quilmes, mientras se define su proceso extraditorio. En ese sentido, según las leyes argentinas, a los 70 años -los celebrará el 8 de febrero- es posible cumplir la pena con arresto domiciliario. A eso apela Daer -también abogado de Aníbal Fernández- más allá de la legislación vigente en EE.UU., donde la fiscal Loretta Lynch lo espera para tomarle declaración indagatoria, deberá definir Armella.
Tomado: clarin.com