Jerome Valcke prevé renunciar como secretario general de la FIFA una vez que elijan al sucesor de Joseph Blatter.
Sin embargo, aclaró que él no es responsable de delito alguno en la crisis que ha remecido al organismo rector del futbol mundial.
Desde hace ocho años el francés es el principal jerarca administrador de la FIFA, que actualmente es objeto de investigaciones criminales por las autoridades estadounidenses y suizas.
Bajo el peso de las investigaciones por corrupción, Blatter anunció su retiro anticipado de la FIFA, que dirige desde 1998. Nueve meses después de ser elegido para un quinto período de cuatro años, Blatter verá la elección de su sucesor el 26 de febrero.
"Quien quiera que resulte elegido presidente de la FIFA debe tener un nuevo secretario general porque es la relación más importante", dijo Valcke en San Petersburgo, donde se realiza el sorteo de las eliminatorias para el Mundial 2018. "En cuanto a mi futuro, diría que al menos puedo gozar de privacidad en cuanto a las preguntas que hacen ustedes".
Las preguntas en las semanas recientes se han centrado en los vínculos directos de Valcke con pagos que suman 10 millones de dólares de cuentas de la FIFA, los que según el Departamento de Justicia estadounidense fueron sobornos pagados a miembros del comité ejecutivo de la organización para que votaran por Sudáfrica como sede del Mundial 2010.
Valcke asumió sus funciones varios meses antes de las transferencias realizadas a principios de 2008 a cuentas controladas por el exvicepresidente de FIFA Jack Warner, ahora caído en desgracia.
FIFA y Valcke dijeron que creían que el dinero estaba destinado a proyectos para la diáspora africana en el Caribe y fue aprobado por el entonces presidente de la comisión financiera de la FIFA, el argentino Julio Grondona, muerto el año pasado.
Valcke ha negado haber cometido delito. El viernes se negó a entrar en detalles del caso, y destacó que el solo cumple órdenes del congreso y el comité ejecutivo de FIFA.
AP