El jugador uruguayo Luis Suárez, actual ariete del Barcelona FC en el libro titulado “Mi vida, Luis Suárez”, explica como tuvo que planificar todas y cada una de sus acciones durante los cuatros meses de sanción que recibió por parte de la FIFA, tras haber mordido al defensor italiano Chiellini, con el fin de evitar ser sorprendido en alguna activad relacionando con el fútbol: “Tuve que firmar el contrato casi clandestinamente sin que llegara a ser un asunto público”.
Suárez también dio a conocer las primeras palabras que mantuvo con el técnico Luis Enrique: “Bueno, ellos finalmente lo sacaron de Guantánamo para estar con nosotros en el entrenamiento”, en la que añade no pudo dejar de ruborizarse por ser el centro de atención. Ya que todos aplaudían al “prisionero” liberado.
En varias partes del libro, el jugador menciona que, a pesar del miedo que produce la mordida a otro jugador, “es relativamente inofensivo o por lo menos en los incidentes en los que yo estuve involucrado”, además explica que necesitaba de mucha ayuda, debido a que fue la tercera vez en la que se veía involucrado en una situación como esta. “Cometí un error, fue mi culpa. Quizá yo fui un blanco fácil”, añadió.
“La gente habla de mí como si fuera un jugador problemático, pero hablen con mis compañeros e intenten encontrar uno solo que piense esto. Si hubieran puesto una cláusula de mordida, yo la habría firmado, por supuesto, pero no hubo tal falta de confianza en mí”, asegura Suárez en una parte del libro.
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