La justicia suiza quiere saber qué sucedió con el dinero que se pagó por el partido que los dos colosos de Sudamérica jugaron en 2010, en Qatar; fue tres semanas antes de la elección de la sede del Mundial 2022; qué rol cumplió la AFA.
La justicia suiza investiga si el dinero que pagó Qatar por el partido amistoso que jugaron la Argentina y Brasil, en Doha, tres semanas antes de la votación de la FIFA que definió la sede del Mundial 2022, fue una forma de comprar los votos de ambos países. La investigación se centra en la ruta que siguió ese dinero, estimado en al menos US$ 8,6 millones, desde que salió de las arcas de Qatar y hasta que llegó a su destino final, lo que incluyó escalas en dos empresas de Buenos Aires, según reveló ayer el diario inglés The Guardian, pero cuyos nombres todavía no trascendieron.
Los entonces presidentes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, y su par Ricardo Teixeira, por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), integraban el Comité Ejecutivo de 24 miembros de la FIFA que debían definir si, en efecto, Qatar se quedaría con el Mundial 2022 en desmedro de otros cinco países que habían presentado sus candidaturas.
La pesquisa suiza determinó hasta ahora que GSSG, una empresa constructora qatarí que financió y auspició el partido, recurrió a una firma helvética, Swiss Mideast, para ajustar los contratos. A su vez, esta firma giró los US$ 8,6 millones del partido a Kentaro, una agencia también suiza, que organizó el amistoso, vendió los derechos de televisación, y cubrió los gastos de viajes, entre otros rubros.
De esos US$ 8,6 millones, se desconoce el destino final de cerca de US$ 2,5 millones. Según se verificó, Kentaro giró US$ 2 millones a BCS Ltd, una compañía de Singapur que se encargó de las "introducciones" (es decir, la intermediación entre Kentaro y los qataríes), en tanto que transfirió otros US$ 1,15 millón y 345.833 euros a ISE Ltd, una firma de las Islas Caimán que actúa de representante de la CBF. Kentaro giró, por último, otros US$ 2 millones a World Eleven SRL, la firma argentina que por entonces gestionaba los partidos amistosos de la AFA, por lo que ese agente cobró su comisión, prevista por contrato, y le transfirió el resto de los fondos a la AFA.
Los investigadores aclararon, sin embargo, que la firma World Eleven SRL no se encuentra bajo sospecha, sino que apuntan a otras dos compañías en Buenos Aires -cuyos nombres no trascendieron-, que habrían canalizado los pagos indebidos.
De todos modos, el titular de World Eleven, Guillermo Tofoni, no ocultó su fastidio al considerar que pese a esa aclaración desde Suiza quedó "envuelto en una foto que no corresponde", cuando además los montos oficiales que se manejaron "son los de mercado", ya que van en línea, sostuvo, con los que también cobró la AFA por otros amistosos. "Mi parte está impecable", indicó Tofoni anoche a la nación, aunque aclaró que desconoce "qué habrá informado Kentaro a Suiza", al tiempo que se sorprendió que otras firmas locales participaran en la operatoria o hubieran recibido dinero. "No tiene sentido que pagaran a otras dos compañías en Buenos Aires", indicó.
Tofoni confirmó además que el año pasado lo contactó el ex fiscal norteamericano Michael García, a quien la FIFA había contratado para que investigara el posible pago de sobornos durante las votaciones para definir las sedes de los mundiales de 2018 y 2022, que ganaron Rusia y Qatar. En su informe final a la FIFA, García incluyó el amistoso en Doha como uno de los eventos bajo sospecha de esconder pagos indebidos a la AFA, pero el investigador renunció poco después, cuando el presidente del comité de ética de la FIFA, Hans Joachim Eckert, sólo difundió un resumen licuado de su reporte, que nunca llegó a la prensa. Sin embargo, las autoridades suizas se basaron en ese informe para iniciar su propia investigación sobre ese amistoso.
Según la oficina de la Procuración General suiza, la agencia Kentaro aportó documentos "de manera voluntaria", en tanto que su máximo ejecutivo, Philipp Grothe reconoció que pasó horas con los sabuesos para darles información sobre esos US$ 8,6 millones. "Nosotros no tuvimos contacto con Qatar; nos contrató Kentaro", explicó anoche Tofoni, que como agente de la AFA para los partidos amistosos defendió los valores en blanco que trascendieron. "Pensar que ese partido dio para un soborno no es el punto", remarcó, aunque reconoció que "crea suspicacias la cercanía de la votación", tres semanas después.
Tomado: canchallena.lanacion.com.ar