En el Barcelona nadie está hablando de remontadas épicas, pero lo que es evidente es que el milagro, en el caso de que suceda, pasa por Leo Messi. Y en San Mamés Messi demostró que está bien, en condiciones. Ha vuelto.
Andrés Iniesta ya no pone la mano en el fuego, como dijo antes del partido ante el Milan en el Camp Nou, y Vilanova, en su primera comparecencia pública tras volver de Nueva York, afirmó: "No sería muy creíble que viniera aquí y dijera que vamos a remontar seguro, pero somos el Barcelona y tenemos una obligación respecto a nuestros aficionados. Luego el partido dirá. Lo que no podemos decir es que no somos capaces de hacerlo". Y sí, el Barça cree que existe una posibilidad de llegar hasta Wembley, sobre todo después de comprobar que Messi está bien.
A los 30 segundos de pisar el césped de San Mamés el argentino esprintó y chutó a puerta. A los ocho marcó un gol magnífico. Messi ya ha demostrado en numerosas ocasiones la clase de jugador que es, así que las opciones de que el Barcelona logre la remontada pasan por él. Y todos lo saben.
La Pulga ya fue fundamental en la remontada ante el Milan, donde logró dos de los cuatro goles en el Camp Nou. En la vuelta ante el PSG dio la asistencia a Pedro nada más entrar al campo, sin estar recuperado de su lesión. En Múnich jugó después de haberse quedado fuera de la convocatoria ante el Zaragoza y el Levante. Tras el partido afirmó que no había sufrido por su bíceps femoral, pero que sí que había notado la falta de actividad. Necesitaba jugar y el cuerpo técnico entendió perfectamente que para que Messi llegara en condiciones al encuentro ante el Bayern tenía que salir en San Mamés.
En Bilbao disputó 32 minutos, pero a los treinta segundos de entrar el campo ya había dejado claro cuál era su estado. Ayer hizo trabajo de recuperación en San Joan Despí. El objetivo es cuidarle, no correr riesgos, que él se sienta bien y que juegue. Ni más, ni menos. “¿Cómo no vamos a depender del mejor del mundo?” se preguntó Vilanova.