Esta mañana en La Deportiva Pablo Carillo acuso a Jaime Iván Kaviedes sobre una supuesta agresión física que se dio en el sur de la capital, sin embargo el jugador asegura que no tiene nada que ver, incluso mencionó que ese sector de Quito no lo visita.
En horas de la mañana de este viernes el señor Carillo denunció públicamente en la radio La Deportiva que Jaime Iván Kaviedes lo había agredido en un karaoke del sur de Quito.
[entrevista=49313,ancho=275,flotar=izq]“En un karaoke del sur de la ciudad de Quito llegó Kaviedes, se acercó a saludar y se sentó alado mío, yo le dije que por favor se cuide que es una persona pública, insistió y se sentó. Luego le dije que por favor se retire porque estábamos prácticamente entre amigo. Luego no sé cómo me agrede y me patea. Lo que provocó que vaya al hospital y ahora haga la denuncia en la fiscalía”, dijo el denunciante.
A lo que se añadió mencionando que “él se acercó a la mesa y yo presumo que estaba ebrio”. “Manejaba un Audi negro. No estaba solo, estaba en un grupo de gente”. “Tengo rota la frente y golpes en el pómulo. La demanda es para que reconozca que me agredió y los daños y perjuicios porque fui a la clínica”, finalizó el denunciante, quien aseguró que los gastos bordean los 400 dólares.
[entrevista=49321,ancho=275,flotar=der]Por su parte el jugador aseveró que está acostumbrado a ese tipo de cosas, es decir que lo inculpen por actos que no ha realizado. "No sé bien cómo es el tema, se exageran mucho las cosas” inició el `flaco´.
“Mi proceder no es de esa manera, estoy tranquilo", sostuvo el jugador quien aseguró que ni siquiera visita el sector sur de Quito y por lo tanto "sería difícil que haya estado ahí".
“Argumentan eso y ese no es mi proceder, siempre siento el respaldo de la gente. Mi primo me contó ayer en la noche que estaban hablando sobre el tema. Voy a traer a mi primo para que vean el parecido”, dijo el `nine´ asegurando que su familiar fue el del problema.
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Kaviedes es acusado de agresión física, pero el jugador lo desmiente (Audio)
Kaviedes asegura que ni siquiera el ser de Quito le gusta