Una compañía de mercadotecnia deportiva, cuyos dueños han sido acusados de sobornar a altos funcionarios del fútbol internacional, trató de negociar una venta a una entidad asociada con el presidente del club Paris Saint-Germain, Nasser Al-Khelaifi, dijo un testigo el martes en una corte federal estadounidense.
Al concluir el segundo día de testimonios en el juicio de tres exdirigentes sudamericanos del fútbol, el hijo del exlíder de la Federación Ecuatoriana de Fútbol ofreció un relato emotivo sobre la forma en que lavó 2,8 millones de dólares para su padre, quien se encuentra bajo arresto domiciliario en Quito, tras ser condenado a 10 años por corrupción.
“Éste es el momento más difícil de mi vida”, manifestó José Luis Chiriboga, agente de futbolistas, al recodar que su padre Luis le dijo “lo siento, hijo, destruí tu vida”.
Santiago Peña, exejecutivo de la firma argentina Full Play Group, declaró que se pasó un largo tiempo en negociaciones secretas llamadas “New York project”, un nombre que se debía a que el acuerdo por 51% de Full Play estaba valorado en 212 millones de dólares _ 212 es el un código telefónico de área en la ciudad de Nueva York.
Peña dijo que las conversaciones con Al-Khelaifi y el fondo soberano Qatar Sports Investments (QSI) concluyeron el 27 de mayo del 2015, cuando fiscales estadounidenses comenzaron a presentar imputaciones contra los principales ejecutivos de Full Play, Hugo y Mariano Jinkis, por complot para cometer los delitos de crimen organizado, fraude por medios electrónicos y lavado de dinero. Esos cargos están relacionados con pagos a funcionarios estadounidenses presuntamente por contratos de transmisión y mercadeo.
Al-Khelaifi y Qatar Sports habrían tenido el derecho a adquirir otro 19% más adelante, dijo Peña.
El dirigente del PSG es sospechoso penal en Suiza de sobornos vinculados con acuerdos de transmisión de la compañía catarí BeiN Sports con la FIFA para las Copas del Mundo del 2026 y el 2030 en Oriente Medio y el norte de África. Se reunió el 25 de octubre con fiscales suizos en Berna.
Peña dijo que solamente él, Hugo y Mariano Jinkis, y el contador de Full Play Sergio Rabinovich estaban al tanto de las negociaciones. Peña declaró después de ello que una vez se anunciaron las imputaciones, borró mensajes electrónicos en los que se discutía la posible venta.
“Lo hice para proteger la compañía”, dijo.
Hugo y Mariano Jinkis no han sido extraditados a Estados Unidos. Peña, quien dice que ambos siguen en Argentina, alcanzó este año un acuerdo con fiscales federales estadounidenses para declarar a cambio de no ser procesado.
“Siempre me he considerado un participante menor en este asunto”, dijo.
QSI y el grupo mediático BeIN informaron en un comunicado que “Catar investiga regularmente las inversiones con sus fondos”.
“Esta inversión se propuso y consideró. Tras una revisión, se decidió no buscarla”, añadieron. “Esto pasa con mucha frecuencia”.
Juan Ángel Napout, expresidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol; José María Marín, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, y Manuel Burga, exlíder de la Federación Peruana de Fútbol, son enjuiciados en una corte federal en Brooklyn, Nueva York, por complot para crimen organizado, fraude electrónico y lavado de dinero.
Pena, que trabajó para Full Play desde el 2009 hasta el 2015, declaró sobre una carpeta que mantenía para pagos que los Jinkis instruyeron se hicieran a altos funcionarios del fútbol. Dijo que solamente sabía de los que le dijeron eran sumas adeudadas a funcionarios del fútbol. Peña dijo que a Napout había que pagarle en efectivo, no por transferencia electrónica, así que no sabía si el dinero fue recibido.
“Yo simplemente escribí los compromisos basados en otras negociaciones”, dijo.
José Luis Chiriboga, de 39 años, testificó que su padre le pidió usar su cuenta en el Biscayne Bank, de un suburbio de Miami, para recibir transferencias electrónicas de Full Play y de una de sus empresas asociadas, Cross Trading.
“Fue mi padre quien me lo pidió. No podía decir que no”, dijo.
Cuando el banco hizo preguntas, Peña redactó un par de contratos falsos que daban detalles de trabajos de consultoría jamás realizados, afirmó Chiriboga.
El hijo del exdirigente ecuatoriano dijo que se encontraba en Ámsterdam cuando se revelaron las primeras acusaciones contra la FIFA. Relató que entonces pensó “estoy arruinado”.
Chiriboga dijo que el banco cerró después la cuenta. Posteriormente, se enviaron pagos a sus cuentas en los bancos Chase y HSBC.
Tras volver a Ecuador y contratar a un abogado de Houston, Chiriboga viajó a Estados Unidos. El 15 de junio, había aterrizado después de la medianoche en Los Ángeles, procedente de Las Vegas, mientras se preparaba para viajar a la ciudad mexicana de León. Dijo que los agentes federales lo interceptaron cuando salía del avión y lo interrogaron sobre Full Play y los contratos falsos.
Confesó haber mentido al principio, afirmando que sí había realizado trabajos de consultoría.
Aseguró que el escándalo le ha causado un profundo impacto. Posteriormente, accedió a dar un testimonio veraz a cambio de no ir a juicio. Renunció a un apartamento que compró en Miami, con unos 400.000 dólares del dinero lavado.
“Desde el 27 de mayo de 2015, el ‘FIFA-gate’ ha estado en mi mente 23 horas al día”, indicó.
Aunque Chiriboga no tenía conocimiento directo de que Napout hubiera aceptado dinero, dijo que su padre le había contado que el jerarca paraguayo envió a su chofer a Buenos Aires, a fin de recoger fondos entregados por Full Play. Consideró difícil testificar frente a los tres acusados, a quienes conoció por años y con quienes asistió a muchos partidos de fútbol. AP
Tomado de: AP