Llevaba tres años esperándola y doce meses de pruebas. Fue en su debut en el Masters 1000 de Canadá, cuando Roger Federer por fin pudo desenfundar su nueva compañera de viaje: la raqueta. El resultado no pudo ser mejor, 6-2 y 6-0 ante Peter Polansky, número 129 del mundo.
El suizo comenzó las pruebas en julio del año pasado durante los torneos de Hamburgo y Gstaad, momentos en los que su espalda no pudo responder de la mejor manera posible. Desde ese momento hasta la fecha actual, más de 120 modelos pasaron por sus manos hasta alcanzar raqueta ideal para el de Basilea.
La nueva herramienta apuesta por la potencia y no tanto por la precisión. El antiguo modelo, el cual utilizó durante tres temporadas, exigía mucho en el terreno físico y en la movilidad del exnúmero uno del mundo, algo que con el paso de la edad ha ido disminuyendo. Ahora veremos al helvético haciendo menos dejadas pero disfrutará de un servicio más potente.
La raqueta pasa de tener 85 pulgadas a 97, una menos de las que tenía el modelo con la que Federer practicó durante el verano pasado. Además cuenta con su autógrafo incorporado, algo inédito en las raquetas Wilson desde que lo llevara Jack Kramer. La 'Wilson Pro Staff RF 97 Autograph', también apodada como 'Betterer', comenzará a comercializarse en tiendas por un precio cercano a los 200€.
Con esta raqueta el tenista suizo Roger Federer (n.3 ATP), segundo cabeza de serie, ganó por 7-6 (5), 6-7 (3) y 6-4 al croata Marin Cilic (n.18) y se clasificó para los cuartos de final del torneo de Toronto, ronda en la que se enfrentará al español David Ferrer.
El tenista, que no disputaba el certamen canadiense desde 2011, tendrá una nueva oportunidad para seguir cogiendo ritmo con su nueva raqueta y, de paso, acercarse un paso a su vigésimo segundo Masters 1.000.
Fuente: MARCA.com